Sewell. El poblado minero Patrimonio de la Humanidad

Chile cuenta con seis lugares catalogados por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, entre ellos se encuentra el pueblo minero de Sewell. ¿Qué tiene este pueblo para ser considerado patrimonio de la humanidad? En este post os intentaré explicar las características de este particular lugar ubicado en la cordillera de los andes.

Sewell, estado actúal

Poblado Minero Sewell. Situación actual

Cuando conoces un poco como funciona el entramado económico de Chile, hay algo que se presenta como un dato de peso, Chile es un país minero y se sustenta gracias a su cobre. Son tan grandes los recursos naturales que posee Chile, que desde hace varios siglos numerosas empresas extranjeras han buscado hacer negocio en el país, derivando en la creación de “Company Towns”. De esta forma se fueron asentando a lo largo del país para llevar la labor de explotación y venta de materias primas procedentes de las numerosas minas que hay a lo largo de su geografía. En 1905, gracias a un decreto del ministerio de hacienda, se concedió la explotación del yacimiento El Teniente a la empresa norteamericana Braden Cooper Company. La existencia de caminos de tierra que unían Rancagua con la mina, hizo que la empresa norteamericana se interesara por la explotación en este particular lugar, ya que necesitaban transportar numerosa maquinaria para realizar una explotación a gran nivel para que fuera rentable el yacimiento. Hay que hacer mención que este yacimiento es la mina de cobre subterránea más grande del mundo (mas de 3.000 kms de túneles subterráneos actualmente), por lo que el negocio de extracción de cobre en esta zona era una muy suculento.

Mina el Teniente

Yacimiento el Teniente

La llegada de esta empresa para la explotación de El Teniente fue el detonante para que naciera Sewell, que se convirtió en uno de los primeros pueblos íntegramente mineros de Chile. El pueblo se encuentra a una altura de 2.200 metros, a 150 kms. al sur de Santiago de Chile y a unos 60 kms. de la ciudad de Rancagua en dirección a la cordillera.

En sus inicios el campamento minero albergaba a 1000 trabajadores y se denominaba como “El Establecimiento”, poco a poco fue teniendo mas actividad y empezó a crecer. Se crearon varias zonas, unas donde vivían los técnicos y familias americanas (Poblado Americano) y otras donde se ubicaban los trabajadores chilenos, estando divididos entre solteros y casados. Gracias al ferrocarril construido entre los años 1907 y 1911 que unía Rancagua con la mina el Teniente, se incrementó la actividad y los habitantes del campamento. A principio de la segunda década del siglo XX, el pueblo ya contaba con 4000 residentes permanentes y fue cuando se pasó a llamar Sewell, en honor a uno de los socios de la empresa que tenía ese apellido y que falleció en esa fecha. Debido al incremento de la demanda de cobre, sobre todo por el inicio de la primera guerra mundial, el pueblo siguió creciendo al mismo tiempo que su población. En 1916 ya se contaban 9000 habitantes en el pueblo y en 1918 el número de personas residentes era de 14000.

Sewell Mediados siglo XX

Sewell mediados siglo XX. Fuente: Fundación Codelco

A pesar del duro trabajo que significa la minería, el ser trabajador en Sewell tenía sus privilegios sociales y de disfrute de infraestructuras. Durante estos años se inauguró el Hospital, que sería durante mucho tiempo el más moderno de Sudamérica, la Compañía de Bomberos, el gimnasio Palacio de los Deportes, los clubes sociales, el cine que transmitía películas incluso antes que en Santiago, tres escuelas industriales, una Iglesia Católica, la primera brigada de Boy Scouts del país, una cancha de bowling (Palitroque en Chile) y una piscina temperada. La salud, la educación y la vivienda (incluidas la luz y el agua) eran gratuitas para los trabajadores de Sewell, incluso los trabajadores se podían permitir el enviar a sus hijos a estudiar a universidades en diferentes zonas del país, algo difícil para la época y la clase trabajadora. La sociedad se mantenía bastante segregada, entre norteamericanos, chilenos y solteros y casados, además de estar regida por normas dadas por el Departamento de Bienestar Social. Esta segregación sin embargo no enturbiaba demasiado las relaciones en el pueblo y la sociedad se desarrollaba sin apenas incidentes.

Competiciones deportivas en Sewell.  Fuente.  Colección Codelco

Competiciones deportivas en Sewell. Fuente. Colección

Personal Hospital Sewell. Fuente: Colección Codelco

Personal Hospital Sewell. Fuente: Colección Codelco

Bowling ó Palitroque

Bowling ó Palitroque

Entre otras muchas, las normas de convivencia que más particulares me parecieron, fueron las de la ley seca y las de la correcta moral. La primera, una vez conocidas las estrictas normas del trabajo minero y su peligrosidad, la considero bastante adecuada y normal, lo que me dio curiosidad es la figura del Guachuchero. Un personaje buscavidas que se dedicaba a realizar contrabando de alcohol en los campamentos mineros y que se convirtió en alguien muy popular entre la sociedad de la época, incluso tiene su espacio en el museo minero presente en Sewell. Por otro lado existía la policía encargada de salvaguardar la moral en el campamento, un dato curioso es que se iban a la entrada de los barracones donde se hacían fiestas clandestinas y esperaban escondidos a que salieran parejas unidas esa noche para divertirse y los detenían preguntando si tenían intención de casarse. De decir que no, era posible que el hombre perdiera el trabajo en la mina, así que la mayoría de los cazados decían que si, con lo que la policía les daba día y hora para su boda en la iglesia del campamento.

Guachuchero año 1950. Fuente: Colección Codelco

Guachuchero año 1950. Fuente: Colección Codelco

Figura Guachuchero Museo minero Sewell

Figura Guachuchero Museo minero Sewell

En cuanto a las características de la ciudad, tiene una arquitectura enclavada en la montaña, la cual se fue estructurando adaptándose a esta característica. El pueblo se conocía como “la ciudad de las escaleras”, ya que no tiene calles ni apenas plazas. La recorren numerosas escaleras que van salvando los desniveles presentes entre las construcciones y que son coronadas por barandillas de acero pintadas para que destacaran cuando la nieve lo cubría todo. Si se consideran las escaleras como sus calles, se puede establecer que Sewell posee una calle principal, una escalera central a modo de columna vertebral que discurre por todo el poblado y va dejando a su izquierda y derecha las diferentes construcciones.

Escalera principal Sewell

Escalera principal Sewell

Entre los materiales que componían las primeras construcciones habitacionales destaca en gran medida la madera, importada en sus inicios desde Estados Unidos, y el acero para las construcciones industriales. El sistema de construcción utilizado para las viviendas fue el platform frame, que consiste en un entramado hecho de madera utilizado para hacer edificaciones de varios pisos, ya que resiste muy bien las construcciones en altura.   En los inicios del campamento se importaba pino Oregón, que venía procesado, pero con el tiempo se comprobó que las maderas nativas también eran aptas para este estilo de construcción, por lo que se comenzó a utilizar el roble, el coigüe y el pino Araucaria. Los trabajadores chilenos vivían en edificios de tipología rectangular, mientras que las familias americanas disponían de viviendas unifamiliares en el “Poblado Americano”. A partir de los años 50 se introdujo el hormigón armado para la construcción de edificaciones en Sewell.

Edificio Sewell

Edificio Sewell

Vista centro Sewell

Vista centro Sewell

Club Sewell

Club Sewell

Iglesia Sewell

Iglesia Sewell

En la época de mitad de siglo XX, Sewell era una ciudad completamente desarrollada y con una calidad de vida alta donde convivían más de 15.000 personas. Sin embargo a partir de 1967 y debido a la Operación Valle derivada del proceso de Nacionalización del Cobre, empezó la decadencia de la ciudad. La construcción de la carretera del cobre hizo que muchos de sus trabajadores se fueran a vivir a Rancagua, abandonando los edificios que ocupaban en Sewell. En el año 1977 sólo se mantienen 1500 personas residentes en la ciudad y el derribo de edificios e incendios pone en peligro el patrimonio construido del poblado. Los trabajadores también son los responsables de estos saqueos, ya que al desplazarse a Rancagua, desmontan muchos de los edificios para aprovechar las maderas en la nueva construcción de sus viviendas. Desde 1982 hasta 1999 el poblado solo albergaba a trabajadores de los contratistas, aunque la actividad de la ciudad distaba mucho de su apogeo de mitad de siglo XX. Es tal el abandono y desmantelamiento de la zona que actualmente sólo se mantiene el núcleo central de la ciudad, correspondiente a un 30-40% de lo que era la ciudad en su tiempo.

En agosto de 1998 Sewell es declarado Monumento Nacional, en la categoría «Zona Típica y Pintoresca«, declaratoria que fue patrocinada por Codelco-Chile División El Teniente (La empresa nacional del cobre), como una forma de preservar el patrimonio arquitectónico del campamento. Al mismo tiempo se inicia la elaboración del Plan de Acción Estratégico para la conservación y difusión de Sewell, y la preparación para solicitar la declaración de Patrimonio de La Humanidad. En el año 2006, Sewell fue declarado Patrimonio de la Humanidad por  la UNESCO, considerando que «en su medio hostil es un ejemplo excepcional del fenómeno global de las Company Towns establecidas en lugares remotos del mundo, a través de una fusión de trabajadores locales con recursos de naciones ya industrializadas».

Vista de Sewell

Vista de Sewell

Paseando por las “calles” o más bien escaleras del pueblo minero, puedes llegar a transportarte a la época dorada de la ciudad. Te imaginas asistiendo a espectáculos, cines, boleras y demás servicios que hacían que la ciudad estuviera por encima de muchas ciudades de la época. Los recursos sociales de los que disponía la ciudad, adaptando las comodidades de la vida americana de esos tiempos, hizo que Sewell fuera un lugar idóneo para que las familias vivieran. Los recuerdos que los sewellinos poseen de estos tiempos demuestran que la vida era agradable pese a desarrollarse uno de los trabajos mas duros que se conocen.

Merece la pena visitar el lugar!

Acerca de Arquipa

Arquitecto técnico dedicado al mundo de la conservación y restauración patrimonial.
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2 respuestas a Sewell. El poblado minero Patrimonio de la Humanidad

  1. Qué interesante este post.
    No había escuchado nunca hablar de este lugar, pero me ha gustado mucho leer tu artículo. ¡No veas como se las gastaba la poli con los fiesteros, no? Yo creo que eso es peor, que que te detengan. jajaja
    La fotografía de vista general de Sewell en blanco y negro me recuerda a Pradollano en un sábado de invierno 😀
    Curiosamente, uno de los sitios Patrimonio de la Humanidad que visitamos en Noruega fue también un pueblo minero, Røros, en la lista de la UNESCO por que «el sitio es ilustrativo del asentamiento de una cultura basada en la extracción de mineral de cobre en una región apartada de clima riguroso». ¡Dos lugares tan parecidos y a la vez tan distantes y en latitudes tan diferentes!

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    • Arquipa dijo:

      A mi también me recuerda mucho a Pradollano esa foto, supongo que en su tiempo sería algo así.

      Lo de la poli tiene tela, si resulta que a última hora de la noche te arrimabas a un feo o fea para echar un ratico y al poco rato tenías fecha de boda, que susto !!

      Voy a mirar lo del pueblo minero que dices, no lo conocía, pero si que es curiosa la similitud estando tan lejos.

      Muchos besos !

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