Restauración de molduras de yeso

En el anterior post de restauración de fábricas de ladrillo os contaba que la actuación que se llevó a cabo en la iglesia comprendía bastante más que la reparación estructural. Interiormente existía una decoración a base de molduras de yeso que bordeaban arcos, perímetros de naves ó paramentos de la iglesia, las cuales habían sufrido bastantes desperfectos por los movimientos sísmicos. Aquí se nos planteaban tres problemas a solucionar, por un lado reponer numerosas molduras que se habían desprendido, recuperar otras que al caer se habían fracturado  y devolver la estabilidad a las que se habían mantenido en su sitio pero que claramente estaban en una situación inestable. Otro de los problemas añadidos a esto, era la situación de estas molduras, encontrándose a alturas entre 3 y 20 metros.

Lo primero que necesitábamos para realizar esta tarea era crear un grupo de trabajo adecuado, restauradores que estuvieran familiarizados con el yeso y tuvieran la paciencia necesaria para acometer este laborioso trabajo. Supongo que es una obviedad, pero esta fase era la mas crucial de la actuación, ya que el resultado final dependería del equipo elegido. Por suerte, pudimos contar con un grupo de restauradores que trabajaban muy bien y que ponían en su trabajo la pasión necesaria para obtener un buen resultado.

Una vez formado el equipo se empezó a trabajar, lo primero fue realizar un catastro de todos los desperfectos existentes y de las molduras que disponíamos para recuperarlas. En un primer momento nos vimos sobrepasados por la cantidad de elementos en mal estado y por aquellos inexistentes, los cuales deberían ser elaborados desde cero. La idea principal era recuperar las máximas molduras originales y dejar como último recurso el reproducir nuevos elementos.

Entonces teníamos por delante dos tipos de actuaciones, consolidar y recuperar las piezas deterioradas originales y por otro lado la reproducción de los elementos que se habían perdido, una vez hecho esto se colocarían en la situación correspondiente.

Consolidación de piezas deterioradas

La mayor parte de los desperfectos que encontramos en las piezas que todavía existían y que se habían desprendido de sus paramentos, eran fisuraciones, roturas y pequeños faltantes. Con la idea de recuperar las molduras originales, se realizaron trabajos de consolidación de estas piezas. Para ello se inició con un resane de toda la superficie de la pieza, eliminando suciedad, pequeños elementos sueltos y tapando agujeros existentes hasta dejarla en una situación adecuada para trabajar con el nuevo yeso. Una vez preparada la pieza se comienza a sellar las zonas donde aparecen fisuras, para ello se optó por el uso de fibra de vidrio junto con el yeso, que colocada en la parte trasera de la moldura nos «cosía» la fisura y daba estabilidad al conjunto. Cuando se tenían reparadas todas las fisuras existentes por la parte trasera, se comenzaban los trabajos por la zona delantera, que consistían en el sellado con lechada de yeso de las fisuras y rehacer pequeñas zonas que se habían desprendido. En algunos casos se inyectó con jeringuilla o simplemente se aplicó el yeso con una espátula hasta tener reparada la zona, para su posterior lijado y nivelación de la superficie.

Muchas de estas piezas recuperadas nos servirían como modelos para realizar las copias de los elementos faltantes, por lo que el trabajo de terminación fue minucioso y se dejaron las superficies especialmente tratadas para el proceso de copiado con látex.

Ejecución de elementos faltantes

En un principio el trabajo con yeso puede parecer cosa fácil, pero hay que tener ciertas precauciones en su ejecución, tiempos de fraguado, cantidad de agua a utilizar, aplicación, trabajabilidad, etc. Cómo comenté anteriormente, es primordial tener a trabajadores que estén familiarizados con el material y que lo hayan tratado otras veces para realizar el trabajo de manera adecuada. Una cosa importante es la elección del yeso a utilizar, las primeras piezas que se duplicaron se hicieron con un yeso de grano grueso y que tenía impurezas (para terminaciones no finas). El acabado final de la superficie de la pieza no era el mas idóneo, por lo que se cambió el tipo de yeso, escogiendo uno de grano fino para terminaciones. Otro punto importante es el método elegido para realizar el molde que utilizaremos para sacar las copias, en este caso se optó por la opción de látex natural. Se optó por esto debido a la cantidad de piezas que serían necesarias elaborar, ya que el látex aguanta varias copias sin deformarse y manteniendo su estructura correctamente.

El proceso de copiado de las piezas también comienza con el resane y preparación de la pieza que se utilizará como modelo, siguiendo los mismos pasos que los descritos anteriormente. Una vez preparada la pieza el molde con látex se realizó de la siguiente manera:

Preparación de la pieza

En primer lugar se aplicó con brocha cera desmoldante a la moldura base, y una vez secada la cera, se empezó la aplicación de látex con brocha. El número total de capas de látex que se utilizaron fueron diez, ya que necesitábamos un molde adecuado para recibir varias copias de molduras. Las cuatro primeras con látex puro, otras cuatro con una mezcla de látex y aerosil y las dos últimas con una mezcla de látex y aserrín. La razón de este proceso es que los primeros milímetros del molde es el que le da forma a nuestra moldura, a partir de aquí las capas traseras del molde se aligeran con aerosil y aserrín, para el ahorro de material (no es barato el látex) y para darle un poco de cuerpo al molde. Para realizar estos trabajos se hace imprescindible la utilización de EPIS (medios de protección individuales), como máscaras de gases, guantes de látex, gafas protectoras, etc.

Aplicación de cera desmoldante

Aplicación capas de látex

Secado del látex

Una vez seco el molde, se prepara la superficie trasera aplicando cinta de enmascarar o de carrocero para recibir a la espalda de yeso (también se puede utilizar espuma de poliuretano), que es la estructura que sustenta al molde durante el vaciado del nuevo yeso. Una vez endurecido se procedió a retirar el moldaje, separar la espalda del molde y finalmente retirar la matriz de la moldura. Al momento de retirar la matriz se fue aplicado talco en el interior de esta para evitar que se pegara entre sí.

Recuperación molde de látex

Una vez preparado el molde, se dispuso a realizar la copia de la moldura. Sobre la espalda de yeso se dispuso la matriz, luego se aplicó agua con jabón como desmoldante para el yeso, posteriormente se realizó el vaciado de yeso en la matriz, aplicando fibra de estopa y cinta de vidrio para juntas para mejor cohesión de la moldura. Una vez endurecida se procedió a retirar la matriz para posterior secado de la moldura de yeso, tarea importante si no queremos echar a perder todo el laborioso trabajo de sacar la copia. Ya que si la pieza no está totalmente seca se fracturará al intentar colocarla, cosa que nos pasó con algunas.

Vaciado de yeso nueva moldura

Retiro de la espalda y molde de látex

Secado de la nueva pieza

Se llegaron a fabricar aproximadamente 15 moldes diferentes de piezas, que una vez hechos admitían hasta la realización de 10 copias con el mismo molde, lo que cubrió de sobra la necesidad que teníamos en la obra. Ahora llegaba otra de las tareas complicadas, que era colocar las piezas en su posición adecuada. Para ello se utilizaron andamios hasta alcanzar las zonas donde trabajar y mediante cuerdas y poleas se subieron las molduras hasta la parte superior del andamio. Una vez allí, las piezas se iban colocando, utilizando tornillería galvanizada para evitar futuras manchas de oxidación y fallos en el anclaje de las piezas. En algunas piezas de gran tamaño se utilizó como complemento un adhesivo compuesto por sulfato de calcio hemihidratado más aditivos especiales, libre de solventes y que nos complementaría la fijación de la tornillería. Los agujeros de la tornillería se tapaban con yeso una vez anclada la pieza.

Situación de molduras

Colocación de molduras

Fijación de molduras

Para terminar se hacía necesario el trabajo en la misma superficie donde se colocaba la moldura, trabajando la nivelación de la pieza respecto a las demás, saneando las piezas existentes y fijando aquellas que presentaban falta de estabilidad. Estos trabajos eran los previos para dejar las piezas preparadas para ser pintadas.

Resane de superficies

Terminación de juntas

La verdad es que fue una experiencia intensa, por el tiempo que se disponía para la ejecución de estas molduras y por mi necesidad personal de dejar de la mejor manera estética la iglesia. La actuación estructural que se hizo anterior a esto, dejó el aspecto de la iglesia como el de un enfermo, llena de cicatrices. La ejecución de estas molduras hicieron que el edificio recobrara un aspecto adecuado para ser usado y le devolvió sentido al conjunto arquitectónico. Una vez estabilizado el edificio y sus elementos ornamentales, vendría una segunda fase de la actuación en la cual se realizarían los trabajos de pintura y revestimientos necesarios para todas las superficies. Lamentablemente todavía no se prevé la realización de esto, aunque el edificio ya está en uso para su comunidad, que después de mas de 3 años cerrado supongo que será una alegría para la gente del barrio.

Terminación de la actuación